Volvemos una nueva semana, y como ya sabrás, en Decorafelicidad tienes una cita cada Domingo para poder encontrar las ideas que tanto esperas para decorar tu hogar o negocio, y también, es la oportunidad perfecta para encontrar esos muebles vintage que tanto deseas y no encuentras en ninguna tienda de tu ciudad.
El caso que hoy nos ocupa no es otro que la restauración de estas cuatro sillas vintage, bonitas réplicas de estilo Thonet (en otra ocasión explicaremos los orígenes de este estilo de mobiliario y sus aplicaciones decorativas), esperando ser restauradas.
En este caso, con un acabado cuanto menos, peculiar, y es que nuestro cliente, quería para sus sillas un acabado con mucha personalidad, quería mantener la apariencia antigua y deteriorada del paso de los años, pero con un acabado liso y suave al tacto.
Para empezar, explicaremos que las sillas tenían una espesa capa de pintura negra, algo muy típico de muebles de cierta edad, donde alguna de las varias generaciones de dueños, tuvo a bien intentar, fallidamente, mejorar su aspecto. Lógicamente, el primer paso en el proceso fue DECAPAR con mucha paciencia, guantes, mascarilla, pincel y tarro de cristal, cada una de las piezas, previamente desmontadas y enumeradas, con decapante químico.
Para empezar, explicaremos que las sillas tenían una espesa capa de pintura negra, algo muy típico de muebles de cierta edad, donde alguna de las varias generaciones de dueños, tuvo a bien intentar, fallidamente, mejorar su aspecto. Lógicamente, el primer paso en el proceso fue DECAPAR con mucha paciencia, guantes, mascarilla, pincel y tarro de cristal, cada una de las piezas, previamente desmontadas y enumeradas, con decapante químico.
Una vez se ha desprendido la pintura formando burbujas, es el momento de retirar residuos con espátula, y pulir la superficie con lana de acero de grueso medio, y si fuese necesario, terminar con lija de esponja, de grano muy fino, para un acabado impecable al tacto.
Una vez acabado, el resultado es un aspecto envejecido inigualable con pinturas o tintes, pues se conservan golpes, manchas, restos (pocos) de la pintura anterior, y ese tono grisáceo típico del paso de las décadas.
Aunque ese es el aspecto que quería el cliente, la madera necesita protección, y siempre hay que acabarla con una capa protectora ya sea barniz ...o cera!!
Después de varias horas de paciencia, un trozo de trapo de algodón de rizo, y la lección aprendida de «kárate kid» «Dal cela, pulil cela» ...la madera cobra vida pero sin ese brillo del barniz que le restaría toda la gracia.
El resultado final, son 4 piezas repletas de historia viva esperando nuevas aventuras en su nuevo comedor...
El próximo Domingo...Una nueva cita en DECORAFELICIDAD, no os lo perdáis...
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